A mi nunca me ha gustado ir a los hospitales salvo por dos razones, cuando tengo una pequeña dolencia que de no ir al hospital empeorará o cuando tengo la suerte de conocer a alguien que ha tenido un hijo y voy a visitarlo con ese motivo, aunque este ultimo sea una fiesta más del padre que de la madre que esta tendida en una cama. Detesto ir a un hospital para ver a alguien que esta enfermo postrado en una cama y cuanto mayor sea el debate entre la vida y la muerte sobre su caso menores serán mis ganas de ir. La zona de cuidados intensivos es sin duda un área prohibida para mí.
Sin embargo ayer fui al aeropuerto acompañando a un amigo que emigra a los estados unidos por varios años y me di cuenta que los aeropuertos y los hospitales se parecen mucho. Porque ambos son un sitios a través del cual pasamos para hacer un viaje que lamentablemente a veces es sin retorno.
Hay quienes pasan por el aeropuerto solo por un corto y pequeño viaje ya sea de negocios o de vacaciones, esto es como cuando voy a ver al doctor para curar algo que se que no es grave
Están quienes van a despedir a alguien que se va por unos meses, algo así como ir a visitar a alguien q ha tenido una apendicitis nada grave.
Lo lamentable es cuando vamos a despedir a un buen amigo o familiar que parte en busca de un sueño, alguien que saldrá de nuestras vidas por mucho tiempo y a veces para siempre.
Y mi favorita es cuando vas a recibir a alguien que viene después de mucho tiempo es casi como recibir a un niño que viene de nuevo al mundo. Y mi querido amigo espero este lejano día con todo mi corazón.